Liszt: Annees De Pelerinage-Suisse
C**A
Five Stars
Amazing
R**S
Five Stars
Hough is a genius who can play the piano.
A**R
STEPHEN DOES IT AGAIN
I'm going to admit something here that probably will make me in some circles (especially in piano circles) a complete "philistine" musically-I don't particularly like Franz Liszt's music; at best, I'm kind of non-committal towards his music! (Now that I've said it, I DO feel better!) This new recording by Stephen Hough certainly goes a long way to improve my feeling towards the music of Liszt. Mr. Hough's playing is very beautiful and very sensitive conveying deep emotions. "Annees de pelerinage - Suisse" is truly a lovely work (at least in Stephen's hands). The paraphrases are most interesting as played by Mr. Hough. He truly is a stupendous pianist making these works on this album very appealing even to me.Diffidently buy this album especially if you are a fan of Liszt. If you are like me, kind of "wishy-washy" in your admiration, buy it anyway because you will hear a master (Stephen Hough) of the piano at the top of his form.
V**E
Liszt con impresionante despliegue técnico y poético
Stephen Hough es capaz de revelarse como un indiscutible maestro en este disco, muy bien aprovechado en duración (75'20") y dedicado por entero a Liszt. En programa el Primer año de Peregrinación (Suiza) y las tres paráfrasis sobre óperas de Gounod (Reverie sobre un motivo de Romeo y Julieta, Valse de la ópera Fausto y Berceuse de la ópera la Reina de Saba). El sonido es muy bueno, dentro de la altísima calidad a las que nos tiene acostumbrados el sello Hyperion. La grabación ya tiene algunos años (2003) y se realizó en el Henry Wood Hall de Londres.No dudo en colocar esta versión de Suiza como una de las referencias modernas por su profunda mirada y cuidado sentido estético (como hicieran ya antes Berman, Barenboim o Bolet). Pocos pianistas en la actualidad (Louis Lortie para Chandos es uno de ellos) pueden igualar los resultados aquí alcanzados en magnitud artística para la totalidad de la obra Suiza. Hay un virtuosismo controlado, siempre al servicio de la poesía más honda, como pocas veces ha sonado en estas obras maestras. Desde el comienzo, en la Chapelle de Guillaume Tell, encontramos la solemnidad y la fuerte personalidad que impregna después todas las piezas. Increíbles lecturas, muy escrupulosas y refinadas todas ellas, repletas de colorido y sutilezas sonoras, dejando un impecable derroche poético. En este sentido encontrará mucha belleza en Au las de Wallensdadt, Au bord d'une source o Les cloches de Geneve. Orage no suena muy salvaje pero tampoco le falta poderío y Vallee d'Obermann (la pieza mas larga) se expresa expansiva y reflexivamente, con un pianismo de primera clase.Tras Suiza sigue otro torrente de imaginación poética y soberana técnica en unas paráfrasis repletas de exquisito espíritu romántico.
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